Y algunas noches, cuando la luna mostraba su desnuda redondez, se convertía en mi aliada perfecta para mis correrías nocturnas y otras noches como si un gran bocado le hubieran dado salían a relucir mis mas infantiles temores, pero a pesar de ello cada noche era como una excursión a lo desconocido, que aunque mil veces pateado a luz del día por la noche se convertía en un misterio. y entre los ecos todavía recientes de algunas cigarras y el monótono canto de los grillos, como un excursionista novato, me perdía en la oscuridad de la noche. Cómo todas las cosas pequeñas que las prisas no te hacen ver, fue esa noche como otra cualquiera en los que mis infantiles ojos te pudieron ver, entre la maleza, ocultas, no sabia por que razón tu cuerpo era como una antorcha, un pequeño milagro de luz ,eran como farolillos en el campo que brillaban en la oscuridad, parecían, mariposas que habían perdido sus alas y las buscaban afanosamente entre las hojas. Transcurrió un tiempo hasta que mi secreto desvele y cada noche, me acercaba para mirarlas y no se por que, nunca se me ocurrió tocarlas quizás por temor o que perdieran su luz. Y ocurrió desvelado mi secreto que los demás niños aprendieron a ver y fue entonces cuando se desvaneció el milagro y un día, la vida me dio un bofetón, no sabia por que, y se llevo las luciérnagas, los grillos, el campo y aquella voz que repetía mi nombre y me recordaba que debía volver a casa, ... Ha pasado el tiempo, el tiempo de mi niñez, pero aún sigo viendo luciérnagas en sueños. en sueños de cristal, se mezclan con mis sueños y mi realidad, algunas brillan mas que otras, tan lejos están ...pero las siento… pululan por mi habitación, algunas duermen en el olvido, otras me miran en silencio desde los rincones, otras me ciegan con su luz intensa y no me dejan dormir, otras me cuentan historias de duendes que me hacen reír, y algunas tan inaccesibles que se creen el mundo a sus pies, otras.. me besan la frente el instante justo, justo, en la que me abandono, al sueño…
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