miércoles, 7 de marzo de 2012

El goce de tu roce.





Dormida,
sin nada sobre tu piel,
aún húmedas las sábanas
del baile de nuestros cuerpos,
te miraba en silencio.

Quieta y dormida
serena y tierna
con un olor a amor
que escapaba de tu alma
te miraba en silencio.

Tus ojos cerrados
en profundo sueño,
tu mejilla en la almohada
con el calor
de mi último beso,
tus brazos
abarcándome en sueños.

Yo quieto,
en la penumbra,
mirándote en silencio.
José Luis Sánchez



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