Alta en su tribuna
miraba la Luna
su pálida cara
una noche clara
sobre la laguna.
Apartando la jara
buscaba una tara
pero sin fortuna
pues no hallaba alguna
cosa extraña o rara.
Viese guapa y tuna
de la mejor cuna
que en el cielo hallara
quien en él mirara
como ella ninguna.
¿Por qué dudas Luna
si solo hay una
a quien mi amor dara
y no me importara
hallar tara alguna?
- Dijole el Sol.
No tiene ojos el amor,
solo corazón.
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